tiburón ballena

El tiburón ballena, Rhincodon typus, es el pez vivo más grande que existe sobre el planeta. El record oficial reconocido es de 18m50 pero un individuo de más de 20 metros habría sido ya observado.

Esta especie migratoria y cosmopolita se encuentra en los océanos y los mares de la zona tropical y subtropical, así como en las regiones templadas cálidas, a excepción del mar Mediterráneo. A pesar de su gran tamaño y su peso (puede llegar a alcanzar las 40 toneladas), es una especie totalmente inofensiva para el hombre.

Pescado en todo el mundo hasta los años 90, la población de tiburón ballena ha descendido enormemente durante el siglo XX. Se estima que esta se ha visto reducida a la mitad en el curso de los últimos 75 años. Esta especie permanece aún poco conocida, en particular su ciclo de reproducción, por lo que las acciones de conservación eficaces resultan difíciles de implementar.

A pesar de estar inscrito en el Anexo II de la Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas por la extinción (CITES), el tiburón ballena continúa siendo pescado, a menudo ilegalmente, en numerosas regiones del mundo. Esta especie reputada por la calidad de su carne es utilizada igualmente por algunas medicinas tradicionales.

La población a lo largo de las costas de México, una de las más conocidas y estudiadas, se estima en alrededor de unos 2000 individuos y es objeto de una fuerte atracción turística.

Parece que la población del Atlántico está relativamente aislada de sus congéneres de la zona indo-pacífica. Los tiburones ballenas se reagrupan periódicamente en diversas zonas conocidas a lo largo del mundo.

Por ejemplo, un estudio ha mostrado que ciertas poblaciones parten hacia las aguas costeras del arrecife de Ningaloo, en Australia occidental entre marzo y junio. Numerosos individuos han sido rastreados con ayuda de una sonda. Todos ellos viajaron hacia el nordeste en el océano Índico después de dejar el arrecife.

Este grupo permaneció en hábitats costeros y marinos, realizando migraciones verticales en numerosas ocasiones, alcanzando a veces una profundidad de más de 980 m. Entre las aguas profundas y la superficie, existe un cambio de temperatura de una veintena de grados, partiendo de un máximo situado en torno a los 29 °C y llegando a un mínimo cercano a los 4 °C.

Los efectos que puede tener la presión turística sobre esta especie son todavía poco conocidos pero algunos estudios muestran que este tendría podría tener ciertas repercusiones sobre el comportamiento de estos grandes peces.